Luz y Arquitectura, dos conceptos que están profundamente relacionados desde los tiempos más remotos. Ejemplos inspiradores del tratamiento expresivo de la luz son abundantes y sirven como una guía en la producción del entorno construido en un determinado período histórico. Hoy se va un gran referente al cual aspirábamos ser: Niemeyer, quien utilizaba la luz natural como una herramienta para la clasificación de los espacios y formas, y cómo requisito de expresión y significado. Por lo tanto, el enfoque a través de un elemento arquitectónico tan importante como la luz natural, sirve de pretexto para analizar su trabajo, la motivación y refrescante manera de analizar críticamente su proyectual método de diseño.
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Hablar sobre las obras de Niemeyer, es hablar sobre una muestra de diversas influencias y su capacidad de adaptación a las condiciones locales. Niemeyer crea un cosmo donde la luz se expresa, revela la forma y la sombra contrastante que enfatiza "ligereza". No enfatiza en un juego de claro-oscuro, no se interesa por los volúmenes sombreados, sino que apela a la posición dual de la figura sobre el fondo, el fuerte contraste entre áreas iluminadas y áreas sombreadas. Los volúmenes bajo el sol.
Un vistazo de cerca a sus obras hace que te des cuenta sobre la preocupación en adoptar procedimientos proyectuales que respondan a la luz y como elemento direccional del proyecto. Todas las obras “vivenciadas”, de alguna manera responden a los aspectos lumínicos. Algunas utilizan la luz para definir elementos construidos, otras adoptan la luz como tema. Este procedimiento puede estar relacionado con las enseñanzas de sus maestros franceses, que definen la luz como elemento revelador de las formas. O una postura que identifica la buena arquitectura como un ejercicio pleno, donde se cuestionan todos los elementos que puedan clasificarla.
Muchas veces Niemeyer adopta soluciones que responden a excesivas incidencias lumínicas de "celeste bóveda". Aunque su respuesta no siempre será una solución técnica, casi siempre está aliada a las poéticas y plásticas proporciones.
En cuanto a la incidencia de la luz, se percibe que Niemeyer la manipula para obtenerla predominantemente difusa a través de un espacio intermediario. Siendo que su dirección se hace normalmente de modo lateral o cenital. La iluminación de los espacios interiores utiliza la luz de bóveda celestre como principal fuente de iluminación, donde la distribución de la luz ha sido heterogénea en la gran mayoría de los edificios; claro indicio de que el arquitecto se opone al pensamiento racionalista de la "luz universal": blanca y uniforme.
Algunos conceptos presentes en su discurso, ofrecen indicios para el entendimiento de la estructura como pensamiento de arquitecto, y su correlación con el tema de la luz natural como parámetro de concepción del proyecto. La invención y la imaginación son conceptos fundamentales para él. Trabaja para impresionar, hacer que lo experiencial de su obra no sea en vano, y goza al trabajar con la ilusión, principalmente para contraponer el real peso de sus monumentales estructuras, y las propone leves apenas tocan el suelo. Por lo tanto sus estructuras “aerodinámicas” (lenguaje poético de Joaquim Cardoso) están destinadas a causar la ilusión, la ilusión en movimiento, la ilusión de la transparencia, la ilusión de ligereza; todo en relación a la luz natural.
A su vez, evita el ángulo frontal de incidencia del sol, la homogénea distribución de la luz en la fachada. Busca aumentar su poder expresivo con acento lumínico localizado. Sus estructuras están dispuestas oblicuamente para que los rayos luminosos produzcan contrastes fuertes de luz y sombra. Propone un mismo escenario de luz incidente circunstancial y luz reflejada en el plano. Busca muchas veces utilizar la luz natural por sus posibilidades escénicas y por la capacidad de distinguir la sucesión de planos en profundidad y perspectiva.
Pero lo que queda es la idea, la manipulación creativa, a veces incluso a través de la auto-referencia, pero siempre es una solución de Oscar Niemeyer: la luz y la oscuridad en el Memorial JK (80); balcones sombreados en los palacios de Brasilia; un cono de luz materializado en la Catedral de Brasilia y en la Mesquita de Argel (68); lamateria reflexiva en superficies espejadas y pulidas en el Casino de Pampulha (40); la luz contenida por pequeñas aberturas y el predominio de la masa en la Iglesia Ortodoza de Brasilia (86); la luz a través de una piel colorida en la Catedral; la luz íntima en la Iglesia Ortodoxa; la luz como drama en la Capilla de Pampulha (40) y el Panteón (85); la luz universal en los edificios del parque de Ibirapuera (51), sólo por nombrar algunos pocos ejemplos.
Por lo tanto, la relación entre la luz y el espacio en las obras de Oscar Niemeyer es actualmente la intencionalidad del proyecto. Manipular los recursos de luminancia definitivamente para cambiar la percepción espacial que propone. Las distintas variables de luz invitan al espectador a experimentar creando una atmósfera sensible y ligera, y mejorando la sensación a través de los contrastes. "Pienso que la oscuridad es el reflejo del sol" (ON).
Fuente: A Poética da Luz Natural na Obra de Oscar Niemeyer / Paulo Marcos Mottos Barnabé
